viernes, 21 de julio de 2023

A Don Luis de Góngora, poema de Vicente Aleixandre

A Don Luis de Góngora

Vicente Aleixandre 


¿Qué firme arquitectura se levanta
del paisaje, si urgente de belleza,
ordenada, y penetra en la certeza
del aire, sin furor y la suplanta?

Las líneas graves van. Mas de su planta
brota la curva, comba su justeza
en la cima, y respeta la corteza
intacta, cárcel para pompa tanta.

El alto cielo luces meditadas
reparte en ritmos de ponientes cultos,
que sumos logran su mandato recto.

Sus matices sin iris las moradas
del aire rinden al vibrar, ocultos,
y el acorde total clama perfecto. 



Vicente Aleixandre 


Soneto que el poeta espanol Vicente Aleixandre, del siglo XX, le dedica al poeta espanol Luis de Góngora, de los siglos XVI y XVII. 

 

A Federico García Lorca, poema de Rafael Alberti

 A Federico García Lorca

Rafael Alberti


Sal tú, bebiendo campos y ciudades,
en largo ciervo de agua convertido,
hacia el mar de las albas claridades,
del martín-pescador mecido nido;

que yo saldré a esperarte, amortecido,
hecho junco, a las altas soledades,
herido por el aire y requerido
por tu voz, sola entre las tempestades.

Deja que escriba, débil junco frío,
mi nombre en esas aguas corredoras,
que el viento llama, solitario, río.

Disuelto ya en tu nieve el nombre mío,
vuélvete a tus montañas trepadoras,
ciervo de espuma, rey del monterío.



Rafael Alberti



En este blog encontrarás poesía de formas clásicas, lo mismo que poesía moderna y de esa llamada experimental, explora el blog, hay de todo. Sigue leyendo y conociendo, siempre es bueno 😎

El tiempo me ha roído, mordido y cortado..., poema de Al-Khansa

El tiempo me ha roído, mordido y cortado...

Al-Khansa



El tiempo me ha roído, mordido  y cortado.
El tiempo me ha dañado, me ha herido,
y ha destruido a mis hombres que han muerto juntos.
Esto ha conseguido inquietarme.
No había un puerto para el cruel
Que al igual que el sol halla refugio para el pueblo.
Vimos caballos galopar
y levantando polvo.
Y a los jinetes, con espadas brillantes, y grandes lanzas grises;
¿Aquel que con sus lanzas destroza cuerpos
se convierte en blanco mortal de las espadas?
Derrotamos a quienes pensaban
que nunca serían derrotados.
Y aquel que piensa que no se verá perjudicado
piensa en lo imposible.
Evitamos acciones deshonrosas y honramos a nuestros huéspedes.
Y guardamos los elogios (de personas).
Llevamos las armas en la guerra
Y la seda, la lana y el algodón durante la paz.



Al-Khansa



Además de poesía, publicamos narrativa de todo el mundo, ve a la sección de cuentos y echa un ojo a lo que hay.  Que estés muy bien ;)

 

Acaso fue en un marco de ilusión, poema de Delmira Agustini

 Acaso fue en un marco de ilusión, 

Delmira Agustini 



¿Acaso fue en un marco de ilusión,
En el profundo espejo del deseo,
O fue divina y simplemente en vida
Que yo te vi velar mi sueño la otra noche?

En mi alcoba agrandada de soledad y miedo,
Taciturno a mi lado apareciste
Como un hongo gigante, muerto y vivo,
Brotado en los rincones de las noches
Húmedos de silencio,
Y engrasados de sombra y soledad.

Te inclinabas a mí supremamente,
Como a la copa de cristal de un lago
Sobre el mantel de fuego del desierto;
Te inclinabas a mí, como un enfermo
De la vida a los opios infalibles
Y a las vendas de piedra de la Muerte;
Te inclinabas a mí como el creyente
A la oblea de cielo de la hostia…
—Gota de nieve con sabor de estrellas
Que alimenta los lirios de la Carne,
Chispa de Dios que estrella los espíritus—.
Te inclinabas a mí como el gran sauce
De la Melancolía
A las hondas lagunas del silencio;
Te inclinabas a mí como la torre
De mármol del Orgullo,
Minada por un monstruo de tristeza,
A la hermana solemne de su sombra…
Te inclinabas a mí como si fuera
Mi cuerpo la inicial de tu destino
En la página oscura de mi lecho;
Te inclinabas a mí como al milagro
De una ventana abierta al más allá.

¡Y te inclinabas más que todo eso!

Y era mi mirada una culebra
Apuntada entre zarzas de pestañas,
Al cisne reverente de tu cuerpo.
Y era mi deseo una culebra
Glisando entre los riscos de la sombra
A la estatua de lirios de tu cuerpo!

Tú te inclinabas más y más… y tanto,
Y tanto te inclinaste,
Que mis flores eróticas son dobles,
Y mi estrella es más grande desde entonces.
Toda tu vida se imprimió en mi vida…

Yo esperaba suspensa el aletazo
Del abrazo magnífico; un abrazo
De cuatro brazos que la gloria viste
De fiebre y de milagro, será un vuelo!
Y pueden ser los hechizados brazos
Cuatro raíces de una raza nueva:

Y esperaba suspensa el aletazo
Del abrazo magnífico…
¡Y cuando,
te abrí los ojos como un alma, vi
Que te hacías atrás y te envolvías
En yo no sé qué pliegue inmenso de la sombra!


Delmira Agustini


Recuerda que tenemos poesía de todo el mundo, usa el buscador del blog y encuentra a tu poeta favorito. No dejes de leer, guárdanos en favoritos. :)

A Asunción, poema de Manuel Acuña

 A Asunción

Manuel Acuña



Mire usted, Asunción: aunque algún ángel 
Metiéndose envidioso, 
Conciba allá en el cielo el mal capricho 
De venir por la noche a hacerle el oso 
Y en un acto glorioso 
Llevársela de aquí, como le ha dicho 
No sé qué nigromante misterioso, 
No vaya usted, por Dios, a hacerle caso, 
Ni a dar con el tal ángel un mal paso; 
Estese usted dormida, 
Debajo de las sábanas metida, 
Y deje usted que la hable 
Y que la vuelva a hablar y que se endiable, 
Que entonces con un dedo 
Puesto sobre otro en cruz, ¡afuera miedo!

No vaya usted a rendirse
Ante el ruego o las lágrimas y a irse…
Que donde usted nos deje
Por seguir en el vuelo a su Tenorio,
Después irá a llorar al purgatorio
Sin tener quien la mime, aunque se queje…

Conque mucho cuidado
Si siente usted un ángel a su lado,
Que yo, como su amigo,
Con tal que usted, Asunción, me lo permita,
Le aconsejo y le digo
Que después de Rosario y Margarita
No admita usted más ángeles consigo.

Estese usted con ellas
Compartiendo delicias e ilusiones
Todas las horas tienen que ser bellas;
Viva usted muchos años
(Como un humilde criado le diría)
Y mañana que sola o entre extraños
Se encuentre por desgracia en este día,
Si busca usted una alma que la ame,
Llame usted a mi pecho, y conque llame,
Si no estoy muerto encontrará la mía.


Manuel Acuña

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A Don Luis de Góngora, poema de Vicente Aleixandre

A Don Luis de Góngora Vicente Aleixandre  ¿Qué firme arquitectura se levanta del paisaje, si urgente de belleza, ordenada, y penetra en la c...